No cabe duda de que el origen mestizo del arte mudéjar, así como sus diversas variedades regionales y una larguísima evolución en el tiempo que abarca desde el siglo XII al XVII hacen de él un estilo controvertido y sujeto a todo tipo de interpretaciones y valoraciones por los estudiosos.
En muchísimos casos se convinan partes construidad con ladrillo y otras con piedras, tanto sillería como manpuesto. En otros casos una iglesia iniciada en piedra siguiendo un canon estrictamente románico es terminada y respetada.
El arte mudéjar convina el estilo gótico con materiales y elementos decorativos. Del gótico se suele utilizar la planta y la estructura arquitectónica de las iglesias.
Los arcos tienen doble procedencia, arcos de origen gótico (arco apuntalado) y arcos hispanomusulmanes (de herradura, de herradura apuntado y arco lobulario).
Los materiales más usados son el ladrillo, en muros y pilares, y la madera en los techos (artesonados). Los elementos decorativos principales están realizados con yeserías y alicatados, ambos de origen musulmán.
En Sevilla se construyó el edificio más sobresaliente de la arquitectura mudéjar, el alcázar de Sevilla. En Huelva cabe destacar el convento franciscano de la Rábida. A partir de la toma de Granada (1492) el mudéjar se confunde por toda andalucía, tanto en la arquitectura civil como en la religiosa, una buena muestra de ello es la casa Pilatos en Sevilla, mezcla de estilo renacentista italiano y mudéjar español.
A partir de la conquista castellana, las mezquitas se convirtieron en iglesias, así se formó un estilo arquitectónico original, de formas sobrias en el que se mezclan elementos góticos con elementos de influencia árabe. Suelen ser iglesias de tres naves, de arcos apuntados, con portadas góticas y decoración de estilo mudéjar en la fachada.
A finales del siglo XIV, algunas ciudades y villas empezaron a levantar sus catedrales ejemplos de ellos son Jaén (1368), Baeza (1395) y Úbeda (1396), aunque también destacan Carmona y Andujar.
No obstante, la construcción más importante del gótico andaluz fue la catedral de Sevilla. Iniciada en 1401, la nueva cede católica se levantó sobre el solar de una antigua mezquita almohade, de la que tan sólo se conservaron el patio de los Naranjos y el minarete transformado posteriormente en campanario cristiano, conocido con el nombre de la Giralda.
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